Aceite de coco ¿es tan bueno como dicen?

La alimentación es una parte absolutamente fundamental de la salud para cualquiera de nosotros. Podemos hacer deporte, tener una actividad mental sana, sin estrés y sin complicaciones, equilibrando nuestras emociones… pero si acabamos comiendo mal, nuestro organismo lo notará, y eso empezará a pesarnos para el resto de cosas que tenemos por delante. Y es que hay que pensar, siendo un poco extremos, en nuestro cuerpo como una máquina que ha de ser alimentada con el mejor combustible posible, para poder soportar todos los esfuerzos, tanto físicos como mentales, que tenemos por delante. No se trata de hacer dieta para “recuperar la formar”, sino de encontrar el equilibrio perfecto en nuestra alimentación y conseguir que lo que ingerimos cada día nos haga todo el bien necesario para ofrecernos la energía, la fuerza y la salud. Cada cual tendrá su propia manera de equilibrar esa dieta, y es que hay supuestos alimentos imprescindibles que luego no son tan buenos como parecían.

Los estudios avalan o echan por tierra las propiedades de ciertos alimentos cada poco tiempo, provocando una situación de desconfianza por parte de los usuarios, o al menos de confusión. ¿Es el chocolate bueno para nuestra salud? ¿Y el vino? Estos estudios, que son totalmente válidos, no parecen ponerse de acuerdo en las auténticas propiedades de muchos productos. El aceite de coco es otro de los que están en el punto de mira, tanto para bien como para mal. Y es que muchos lo han convertido casi en un superalimento, una alternativa perfecta para los demás aceites vegetales que solemos utilizar en la cocina, adornándolo con todo tipo de propiedades beneficiosas y espectaculares. Pero, ¿es este alimento tan bueno en realidad? ¿Tiene también su contrapartida negativa? En este artículo vamos a intentar ahondar más en este asunto.

Qué es el aceite de coco

El aceite de coco es un aceite vegetal que se obtiene de las semillas de los cocos ya maduros, los que caen de las palmas de coco o los que están a punto de hacerlo. Se trata de un producto perfectamente consumible por el ser humano, con una serie de propiedades que para muchos lo colocan como una alternativa más saludable a los aceites que solemos utilizar, como sui contenido en ácido láurico, o su lenta oxidación. Gracias a esto, podemos no solo dejar el aceite de coco a temperatura ambiente durante muchos meses sin que se oxide, sino que también tarda más en quemarse, por lo que es un producto perfecto para aquellos alimentos que necesitan grandes temperaturas para ser cocinados, especialmente los fritos. Todo parece estupendo con esta alternativa a los otros aceites más comunes, pero por supuesto, también hay una parte no tan buena.

El aceite de coco y las grasas saturadas

Y es que el alto contenido de grasas saturadas del aceite de coco ha llevado a muchos investigadores a frenar el entusiasmo que existía últimamente con este producto. Y es que las grasas saturadas vegetales no son tan dañinas como las que podemos encontrar en la carne, los lácteos u otro tipo de productos, pero hay estudios que apuntan a los perjuicios que un alto consumo de este tipo de aceite nos puede conllevar. Sobre todo porque las grasas saturadas favorecen la aparición de altos niveles de colesterol malo, que como ya sabrás puede llegar a bloquear nuestras arterias, de manera que nos provoque problemas circulatorios que se pueden agravar con el tiempo. Para otros, las grasas saturadas no tienen un papel tan dañino, al ser de origen vegetal, y de hecho, ayudan a regular precisamente los niveles de colesterol.

¿Realmente es un producto tan beneficioso?

Es justo lo que se discute a través de los diferentes estudios que se centran en su consumo no solo puntual, sino prolongado a lo largo del tiempo. Está claro que utilizar el aceite de coco en cada plato que cocinemos y de una manera habitual puede llegar a producir ciertos problemas derivados de su alto contenido en grasas saturadas, pero también es verdad que la mayoría de los consumidores no llegan a explotar tanto este alimento, y solo lo utilizan de manera puntual en algunas recetas, o como alternativa al aceite de oliva virgen extra. De igual forma, el aceite de coco virgen extra también tendrá mejores cualidades y más beneficios que el aceite de coco obtenido de la manera habitual.

Los beneficios de este aceite, que para sus defensores van desde la ayuda a adelgazar hasta el equilibrio de los niveles de colesterol, son numerosos y es sin duda un alimento a tener en cuenta. Pero tampoco podemos pensar en él como uno de esos superalimentos que solo traen beneficios, porque como ya hemos visto en otros estudios, su ingesta excesiva puede conllevar ciertos riesgos. Para muchos, el aceite de coco ha sido casi como descubrir una nueva panacea, y los nutricionistas, o al menos una gran parte de ellos, tratan de quitar esa idea de la cabeza y mostrar la realidad de un alimento que tiene tanto cosas positivas como negativas, que al fin  y al cabo es lo habitual.

Cocinar con aceite de coco

Como hemos comprobado, ni siquiera los expertos se ponen de acuerdo con los beneficios y los problemas que el aceite de coco nos puede acarrear. Si tomamos la decisión más sabia, que es mantenernos en medio de las dos propuestas, entenderemos que el aceite de coco puede ser una buena alternativa para cocinar, sin excedernos en su uso, ni considerarlo tampoco una especie de elixir perfecto para la vida eterna. Las condiciones de este aceite lo hacen ideal para freír con él, en lugar de utilizar otros como el de girasol o incluso el de oliva, aunque dependerá también del tipo de aceite que deseemos y del sabor que busquemos, porque el del aceite de coco suele ser algo más dulce.

Se puede utilizar para freí, pero también en frío, como aceite casi balsámico para ensaladas y otras recetas, con un toque dulce que nos recordará, seguramente, a la comida del sur de Asia. Y es que es desde allí desde donde nos suelen llegar esas botellas de aceite de coco, ya con el producto preparado, para añadirlo a nuestros platos. Algunos incluso lo utilizan a la hora de hornear, en lugar de poner mantequilla, atraídos sobre todo por su condición de alimento más saludable, algo que como ya hemos comprobado, todavía está por demostrar, realmente. Sin creernos sus importantes beneficios pero sin descartarlo como una buena alternativa en nuestra dieta, no está de más conocer mejor y más a fondo todo lo que el aceite de coco nos ofrece.