Jóvenes y la sexualidad en la era de Internet

El sexo siempre ha sido un tema controvertido, del que muchas veces ni siquiera se habla por algún tipo de vergüenza o pensamiento negativo en torno a él. Es algo tan importante e influyente en nuestras vidas que tiene un poder brutal, y hay que saber utilizarlo con responsabilidad. Sin embargo, lo natural hasta ahora había sido negarlo, como si fuera solo una parte más de la vida, y una que no cobrara tanta importancia, de hecho, más allá que en la búsqueda de descendencia. Desde el origen de nuestra especie, encontrar una buena pareja sexual ha sido uno de los grandes cometidos de nuestros antepasados. Buscar personas con las que tener descendencia, con buenos genes, con buenas aptitudes, era algo imprescindible para la supremacía de la especie. La religión, posteriormente, cercenó todo lo que tenía que ver con el sexo convirtiéndolo, al menos a ojos de la sociedad, en algo pecaminoso.

Pero los tiempos cambian y en las últimas décadas hemos visto cómo una revolución sexual, que comenzó en los años sesenta y ha ido gradualmente evolucionando, nos ha inundado por completo en nuestra era. Esa era marcada por Internet, por las redes sociales, por la capacidad de generar y obtener muchísima información como sujetos tanto activos como pasivos. Generamos contenido y lo consumimos a la vez, convirtiéndonos en actores y espectadores. Hoy en día, cualquier persona anónima puede hacerse viral en redes sociales y llegar a convertirse en una figura pública en cuestión de meses. La nueva generación de jóvenes que han nacido ya con una tablet y un Smartphone bajo el brazo toma este mundo online de forma muy natural, y construye su vida a su alrededor. Se informa así, se divierte así y conoce gente de esta manera. La sexualidad es un tema que siempre ha estado presente en Internet, sin entrar a valorar si de forma más positiva o negativa. La pornografía ha sido uno de los elementos claves en la expansión de la web, y es normal que en esta época, la sexualización se vea de una manera diferente por las nuevas generaciones, algo que preocupa a muchos.

Sexualizados a edades más tempranas

El acceso al porno es cada vez más temprano, algo que ya puede llegar a ser tremendamente problemático en algunos casos. Antes las opciones para acceder a la pornografía eran mucho más reducidas. Una revista, una película en VHS, unas fotografías… Sin embargo, ahora cualquiera puede tener todo el porno del mundo en su Smartphone, incluyendo a los menores de edad que acceden muchas veces sin filtros a este tipo de contenido. Los padres no pueden estar encima de sus hijos todo el tiempo para controlar lo que ven, y muchas veces, los filtros parentales son fáciles de eliminar. De hecho, la curiosidad de los jóvenes por estos temas es algo tremendamente natural. Se les debería explicar mucho mejor qué es el sexo y qué conlleva el porno, en lugar de dejarles a ellos mismos con las responsabilidad de entenderlo antes siquiera de estar preparados.

La educación en el colegio, insuficiente

Por más que la libertad sexual haya crecido en los últimos tiempos, la educación en este sentido en los institutos sigue siendo tremendamente insuficiente. El sexo continúa siendo para muchos un tabú, y de hecho hay familias que se niegan a que sus hijos reciban siquiera una clase o una charla de educación sexual. Lo consideran inadecuado para los menores, sin darse cuenta de que esos mismos menores ya tienen acceso a toda esa información en sus teléfonos y ordenadores. No de una manera sana y pedagógica, eso sí, sino a través de la pornografía, que muchas veces tergiversa lo que puede ser una relación sexual buscando solo el morbo. Es como si permitiéramos que nuestros hijos aprendieran matemáticas solo viendo vídeos de Youtube. Podría ser bastante peligroso para su propia educación, desde luego.

El problema aquí radica en que los jóvenes cada vez están más sexualizados, y a edades más tempranas, pero la educación sexual que reciben es insuficiente. Porque optan siempre por buscar esa información en Internet, donde puede ser confuso leer sobre ella. Las charlas sobre sexo en los institutos también tienen ese punto vergonzoso de pasar un mal trago tanto a los jóvenes como a quien las imparten. Pero son necesarias para informar correctamente a los chicos de los peligros del sexo sin protección, por ejemplo, o de las ETS. Del consentimiento, de la forma de disfrutar plenamente y en pareja de ese placer, sin connotaciones negativas. De eso no se habla en Internet, y mucho menos en el porno. Por eso la educación sexual resulta tan necesaria.

El porno y el sexo en Internet

El poder de Internet para llegar a las masas lo ha convertido en un medio indispensable hoy en día. Todavía queda gente que sigue informándose a través de la radio, la televisión o la prensa, pero son una especie en extinción. Tener una herramienta tan poderosa como la red de redes y no utilizarla puede dejarnos anquilosados en un pasado que está claro que no volverá. Eso no significa que tengamos que lanzarnos a los brazos de Internet como única salvación, ni mucho menos. Los jóvenes hacen su vida en las redes, socializan a través de sus perfiles, y pasan horas en la web, viendo vídeos, chateando, disfrutando e incluso creando contenido. Y el sexo es muy fácil de encontrar en esas aplicaciones, incluso a pesar de la censura de muchas de ellas.

Cuando estamos expuestos a la pornografía, sea explícita o más bien erótica y moderada, desde tan pronto, lo que resulta al final es que no podemos diferenciar lo que es real de lo que no. El porno es una ficción, y cuando empezamos a tener relaciones sexuales en la vida real nos damos cuenta, pero para un crío de apenas trece años, eso es divertido, sexy, especial. Y el acceso al porno es total a estas alturas para cualquier usuario con un dispositivo móvil. Porno, además, de todo tipo. En las grandes plataformas de este tipo de contenido podemos encontrar vídeos donde se simulan violaciones, donde la agresividad es más que patente. Vídeos con un contenido explícito y gráfico que es a todas luces inadecuado para menores, incluso para muchos adultos si apuramos. Se puede intentar evitar que los chicos lleguen a esos vídeos… o se les puede educar para que entiendan que eso no es precisamente sano.

Peligros de esta tendencia

La sexualización de la juventud está ya dejando algunos datos inquietantes en muchas partes del mundo. Países como España, Estados Unidos o México han visto cómo los índices de contagio de ETS se han incrementado en los últimos años. A pesar de las advertencias, de las sugerencias unánimes sobre el uso del preservativo, la tendencia entre los jóvenes es no utilizarlo. Así se disfruta más, dicen. Es como si hubieran desconectado de los peligros que supone tener relaciones sin protección. Y no es casualidad que eso ocurra en países donde el consumo de pornografía también se ha elevado, a edades cada vez más tempranas. Las agresiones sexuales y el sexo duro entre menores de edad también han aumentado en esos países, lo que ya da una buena imagen de hacia dónde vamos, si esta tendencia continúa.