Primera visita al ginecólogo, consejos útiles

Para cualquier mujer, visitar de forma relativamente seguida a su ginecólogo es una de las mejores maneras de saber que está bien sana y segura, especialmente en la edad sexual activa, cuando debemos tener especial cuidado con esta parte tan delicada de nuestra anatomía. Hay muchas mujeres que piensan que las visitas al ginecólogo deben reducirse simplemente a los dolores en la zona del aparato reproductor, después de haber visitado al médico de cabecera, y por supuesto a la hora de quedarse embarazada, para el seguimiento del proceso. Sin embargo, el ginecólogo es un profesional que puede ayudarnos de muchas otras formas, a tener una vida sexual más plena y segura, a evitar y prevenir problemas que tengan que ver con la zona de la vagina y el aparato reproductor…

Las visitas habituales y chequeos deberían ser al menos anuales, sobre todo a edades donde seamos fértiles, como decíamos arriba, para controlar que todo vaya bien. Los problemas derivados de esa zona pueden ser muy complicados de detectar hasta que ya es demasiado tarde, y por eso lo mejor es estar en contacto con un profesional desde el mismo momento en el que empezamos a menstruar. Biológicamente ya somos mujeres, así que no está de más acudir a esa visita al ginecólogo a pesar de que pensemos que somos demasiado jóvenes. Si tenemos una hija en esa edad, con 11 o 12 años, bien podemos llevarla por primera vez a una revisión general, para corroborar que todo esté bien, aunque la chica no sea todavía sexualmente activa. Retrasar demasiado esa primera visita al ginecólogo puede tener consecuencias nefastas para la salud de la chica.

Cuándo ir al ginecólogo por primera vez

Los expertos ginecológicos recomiendan que la primera visita de una chica a la consulta se realiza con unos 11 o 12 años, siempre que ya haya menstruado a esa edad. El cuerpo de una mujer está en constante cambio en esa etapa de la vida, y el aparato reproductor es una de las fuentes primordiales de ese cambio por las hormonas que crea. Llevar a una chica de 12 años, que ya es adolescente, a visitar al ginecólogo, es algo que se debe entender como perfectamente normal, aunque en la mayoría de casos, las chicas no pisan la consulta hasta que son mayores de edad, incluso cuando ya han sido previamente activas en materia sexual. Se corre así el riesgo de que las posibles infecciones por relaciones sexuales no se detecten hasta que no sea demasiado tarde.

Qué hace un ginecólogo en la primera consulta

Normalmente, la primera visita de una chica al ginecólogo suele ser algo incómoda, porque es la primera vez que una persona que no es ella se asoma a esa parte de su cuerpo. Es algo muy íntimo, y está claro que puede suponer incluso un trauma. Lo único que tienes que pensar es que el ginecólogo es un profesional que está ya acostumbrado a este tipo de revisiones, y las llevará a cabo de la manera más segura y suave posible, para que no te sientas más incómoda. La revisión suele ser general, para conocer el estado de la vagina y el propio aparato reproductor, saber si la regla es constante y estable, si hay algún tipo de problema relacionado con las hormonas, etc… No suele ser una revisión demasiado pesada, y de hecho la parte más costosa seguramente sea la de las preguntas para rellenar la historia clínica de la paciente, así que tampoco tienes que preocuparte demasiado por eso.

Consejos para sentirte cómoda

A muchas mujeres les cuesta visitar al ginecólogo porque se sienten tremendamente incómodas en este tipo de situaciones, ya que no deja de ser algo muy íntimo. La primera vez puede llegar a ser incluso problemática, así que el mejor consejo que podemos darte es que te tranquilices, que respires hondo y que pienses que luego la propia revisión es mucho menos de lo que imaginas. Puedes hablar con otras mujeres para conocer sus experiencias y que seguramente eso también te tranquilice bastante. Si en algún momento te sientes incómoda, se lo puedes comentar al ginecólogo y seguro que no tendrá ningún problema en parar la revisión para que respires y puedas centrarte de nuevo. Ir acompañada siempre es lo mejor, y es obligatorio en el caso de adolescentes que aun no tengan los 16 años, aunque a veces esto también supongo una vergüenza extra, por tener a nuestra madre presente.

Cada cuánto visitar al ginecólogo

Si es tu primera visita y todo ha salido bien, no hay ningún problema ni hay que seguir ningún tratamiento, puedes simplemente visitar al ginecólogo cada seis meses o cada año, en caso de no sentir ningún dolor en esa zona, y mientras la menstruación siga siendo relativamente regular. En el momento en el que algo vaya mal en esa zona deberías ponerte en contacto con tu ginecólogo y pedir cita, aunque no sea nada. Mejor prevenir que curar, como siempre se suele decir. También es aconsejable acudir de nuevo cuando empieces a tener relaciones sexuales, para corroborar que no tienes ningún tipo de infección producida por un ETS. En ese momento, las visitas al ginecólogo deberían ser más habituales, tal vez tres o cuatro veces al año, siempre que todo vaya bien.

Primera visita al ginecólogo estando embarazada

Visitar al ginecólogo es algo muy habitual dentro de la rutina de una mujer en edad fértil, pero la cosa cambia cuando te quedas embarazada, porque entonces las visitas rutinarias aumentarán muchísimo en número, hasta llegar a ser casi semanales. El seguimiento que se debe hacer de una mujer embarazada es total, y por eso, desde la primera visita, serán muchas las veces que acudas a la consulta. La visita al ginecólogo puede ser propiciada por una falta alarmante de menstruación, por habernos hecho ya un test de embarazo  y haber salido positivo, para comprobar que efectivamente estamos en estado… El ginecólogo lo corroborará y seguramente nos planificará todo un seguimiento para los nueve meses siguientes.